Y cuando estuvo dispuesto a pasar a Acaya, los hermanos escribieron, exhortando a los discípulos a que lo recibieran; quien, cuando llegó, ayudó mucho a los que habían creído por la gracia:

Ver. 27. Ayudó mucho a los que habían creído por la gracia ] Porque la fe es fruto de la gracia inmerecida. No podemos gloriarnos en nada, dice Austin, porque nada bueno es nuestro; producimos fe y sus frutos, como el vientre muerto de Sara dio a luz un niño; no era un hijo de la naturaleza, sino de la mera promesa; así son todas nuestras gracias. Otros lo leen así: "Los ayudó por gracia a los que habían creído", es decir, comunicó libremente a los hermanos la gracia que había recibido, como buen administrador; y los ayudó en lo que pudo hacia el cielo.

La verdadera gracia es difusa; y, por tanto, se compara con el fuego, el agua, el viento, la luz, con las especias de los árboles aromáticos, que sudan sus preciosos y soberanos aceites para el bien de los demás. Apolos no era de los que desean más proficere que prodesse, informarse a sí mismos que instruir a otros; saber que enseñar, ser serafines, por iluminación, que ser ángeles, por ministerio: sabía que debía dar cuenta de su tiempo y de sus talentos a un maestro austero, etc.

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