Además, el SEÑOR dice: Por cuanto las hijas de Sion son altivas, y andan con el cuello extendido y los ojos desorbitados, andan y pican, y hacen tintineo con los pies.

Ver. 16. Además, dice el Señor. ] Tiene esta otra palabra para el otro sexo, para el mantenimiento de cuyo orgullo y lujo sus maridos y amantes ejercieron tanta crueldad, como antes, en el reinado de Enrique II, rey de Francia, 1554 dC. Muchos fueron quemados allí por religión. , como decían, pero sí para saciar la codicia, y apoyar la pompa de Diana Valentina, la amante del rey, a quien le había entregado toda la confiscación de bienes hechos en el reino por causa de herejía. a

Porque las hijas de Sion.] Las damas de la corte.

Son altivos. ] Elatae, él, superbia inflatae, hinchado de orgullo, primero de corazón y luego de hábito; porque el orgullo brotará. Eze 7:10

Y camina. ] Las mujeres deben cuidar la casa, dice Pablo. Tit 2: 5 Sara estaba en la tienda, Gen 17: 9 y estas profesaban ser sus hijas, pero no se parecían en nada a ella, Modestia enim a superbia triumphata est.

Con cuellos extendidos.] Como grullas o cisnes, para mostrar sus bellas frentes, mientras que la naturaleza les ha dado los rostros sumisos y modestos.

Y ojos lascivos. ] Heb., Mentir o engañar, es decir, por sus miradas lascivas, lascivas, parpadeando y haciendo señas. Algunos lo interpretan facie cerussata, con sus rostros pintados y rostros falsos, por lo que, para reproche de su Hacedor, parecerían más bellos de lo que son.

Caminando y picando sobre la marcha. ] O, tropezar o tabernar, con un paso afectado, a la manera de los bailarines. O despeinarse en sus sedas y tafetán, con cuya última palabra parece tener afinidad el original. Otros lo derivan de taph, un niño pequeño, y lo convierten en instar parvulorum ambulant, dan pasos cortos, como lo hacen los pequeños, tan agradables que son en su forma de andar y en su atuendo; elaborata quadam concinnitate gressum modulantes. B

Haciendo tintineo con las patas.] Marchando como encadenados, o como potrillos a los que hay que romper y poner en marcha. Algunos piensan que llevaban campanas en las piernas o lentejuelas en las pantoflas. El Papa Sixto Quartus solía regalar a su ramera, Tyresia, pantoflas cubiertas de perlas.

a Hist. del Concilio de Trento, p. 387.

b Minutim et numerose passus conserunt. - Jac. Revius.

c Una zapatilla; antiguamente se aplicaba de manera muy diversa, app., en un momento u otro, a todo tipo de zapatillas de interior o zapatos sueltos; esp. a las chuletas de taco alto con suela de corcho; también para chanclos o chanclos al aire libre; ya todo tipo de zapatillas, sandalias y similares, orientales y no europeos.

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