Porque Jerusalén está arruinada, y Judá ha caído; porque su lengua y sus obras son contra el SEÑOR, para provocar los ojos de su gloria.

Ver. 8. Porque Jerusalén ha caído. ] Por tanto, no me entrometeré, ya que es muy triste ser médico de un Estado moribundo, quando conclamatum est, cuando los hombres han perdido sus esperanzas.

Porque su lengua y sus obras son contra el Señor ] Ponen su boca contra el cielo, y como tantos lobos aúllan hacia arriba; ponen las riendas en el cuello, y se desenfrena su lengua rebelde. Y mientras hablan, actúan, actuando "perversamente con ambas manos con seriedad", contra el autor de su ser y bienestar.

Para provocar los ojos de su gloria. ] Sus ojos recorren la tierra de un lado a otro; y toda la maldad del mundo se comete delante de él. Esto lo saben, y sin embargo, siguen pecando, como si lo hubieran hecho a propósito para provocarlo y ver qué puede hacer. Oecolampadius señala que aquí se mencionan los ojos de Dios, porque los hombres se enojan fácilmente con una herida en el ojo. Y Junius observa aquí que los ojos de Dios se llaman los ojos de su gloria, porque así como él es glorioso en sí mismo, también ha de ser glorificado por nosotros, o bien se glorificará en nosotros, especialmente los obstinados e insolentes. , como aquí.

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