¿Por qué no se vendió este ungüento por trescientos denarios y se dio a los pobres?

Ver. 5. Vendido por trescientos peniques ] Él, el ladrón, lo había calculado rápidamente y lo había echado. Plinio nos dice que una libra de ungüento ordinario se puede obtener por diez peniques; pero lo mejor valía trescientos diez peniques. De modo que Judas tenía mucho que ver con el bien, como dicen. Y María perdonó sin costo alguno; como tampoco Justiniano en su rica mesa de comunión, ofrecida por él en el templo de Sofía en Constantinopla, que contenía, dice el autor, todas las riquezas de la tierra y el mar. Cedren. Hist.

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