Entonces los judíos riñeron entre sí, diciendo: ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?

Ver. 52. Reprimirse entre sí ] Se contradecían tumultuosamente, murmuraban, se amotinaban, lo cual era un signo de su obstinación y desprecio. Porque de lo contrario, no sólo es lícito, sino necesario, modestamente investigar cómo podemos comer a Cristo espiritualmente.

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