Y él, respondiendo, dijo a su padre: He aquí, estos muchos años te sirvo, y nunca violé tu mandamiento; y sin embargo, nunca me diste un cabrito para que me divirtiera con mis amigos.

Ver. 29. Y sin embargo, nunca me diste un cabrito ] y mucho menos un ternero. Los hipócritas sostienen que Dios está en deuda con ellos y, a través del descontento, no pesan sus favores, como si nunca estuvieran exentos de alguna dolencia.

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