Y cuando entréis en una casa, saludadla.

Ver. 12. Y cuando entráis en una casa ] En las sinagogas y otros lugares de reunión pública, nuestro Salvador no los envía todavía, porque no eran más que jóvenes principiantes y carecían de valentía y otras habilidades; pero les pide que enseñen en privado, catequicen de casa en casa, y no extiendan el ala más allá del nido hasta que estén mejor emplumados y preparados para el vuelo.

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