Y este evangelio del reino será predicado en todo el mundo para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.

Ver. 14. Para testimonio a todas las naciones ] Mientras que, con Moisés, mata al egipcio, dice el israelita, es sabor de vida para unos, de muerte para otros, que quedarán sin excusa por el Evangelio que se les predica, como los que por su obstinación han degollado voluntariamente sus propias pobres almas, negándose a reformarse, odiando ser sanados. Es cierto que la última frase no será sino una declaración más manifiesta de ese juicio que el Señor en esta vida, la mayor parte de un final, por su palabra ha pasado sobre la gente.

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