El que come, no desprecie al que no come; y el que no come, no juzgue al que come, porque Dios le ha recibido.

Ver. 3. Porque Dios le ha recibido ] a saber. Para el siervo de su casa, a quien David tuvo mayor dignidad que ser rey de Israel. Y el emperador Justiniano se autodenominó Ultimum servorum Dei, el más malo de los siervos de Dios.

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