Es decir, los que son hijos de la carne, éstos no son hijos de Dios; pero los hijos de la promesa se cuentan por la simiente.

Ver. 8. Los hijos de la promesa ] Abraham, al creer en la promesa de Dios, engendró, según una especie, a todos los creyentes, sí, a Cristo mismo, cabeza de su descendencia, su Hijo según la carne, pero más según la fe.

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