1-7 Porque habiendo predicado la doctrina de la verdad, el apóstol era un prisionero, pero un prisionero de Jesucristo; objeto de especial protección y cuidado, mientras sufría por él. Todas las ofertas de gracia del Evangelio, y las alegres noticias que contiene, provienen de la rica gracia de Dios; es el gran medio por el cual el Espíritu obra la gracia en las almas de los hombres. El misterio, es ese propósito secreto y oculto de la salvación por medio de Cristo. Esto no fue mostrado tan completa y claramente en las épocas anteriores a Cristo, como a los profetas del Nuevo Testamento. Esta fue la gran verdad dada a conocer al apóstol, que Dios llamaría a los gentiles a la salvación por la fe en Cristo. Una obra eficaz del poder divino acompaña a los dones de la gracia divina. Así como Dios designó a Pablo para el cargo, lo calificó para el mismo.

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