27-30 Los que profesan el evangelio de Cristo, deben vivir como corresponde a los que creen en las verdades del evangelio, se someten a las leyes del evangelio y dependen de las promesas del evangelio. La palabra original "conversación" denota la conducta de los ciudadanos que buscan el crédito, la seguridad, la paz y la prosperidad de su ciudad. En la fe del Evangelio hay algo por lo que vale la pena esforzarse; hay mucha oposición, y es necesario esforzarse. Un hombre puede dormir e ir al infierno; pero el que quiera ir al cielo, debe mirar a su alrededor y ser diligente. Puede haber unidad de corazón y de afecto entre los cristianos, cuando hay diversidad de juicio sobre muchas cosas. La fe es un don de Dios en favor de Cristo; la capacidad y la disposición para creer son de Dios. Y si sufrimos reproches y pérdidas por Cristo, hemos de considerarlos un don, y valorarlos en consecuencia. Sin embargo, la salvación no debe atribuirse a las aflicciones corporales, como si las aflicciones y las persecuciones mundanas la merecieran; sino que sólo de Dios es la salvación: la fe y la paciencia son sus dones.

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