8-11 ¿No debemos compadecernos y amar a las almas que Cristo ama y se compadece? Los que abundan en alguna gracia, necesitan abundar más. Probad las cosas que difieren, para que aprobemos las que son excelentes. Las verdades y leyes de Cristo son excelentes; y se recomiendan como tales a cualquier mente atenta. La sinceridad es aquello en lo que debemos tener nuestra conversación en el mundo, y es la gloria de todas nuestras gracias. Los cristianos no deben ser propensos a ofenderse, y deben tener mucho cuidado de no ofender a Dios ni a los hermanos. Las cosas que más honran a Dios son las que más nos benefician. No dejemos que se dude de si se encuentra algún fruto bueno en nosotros o no. Una pequeña medida de amor cristiano, de conocimiento y de fecundidad no debe satisfacer a nadie.

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