21-27 La diferencia entre los creyentes que descansaban sólo en Cristo, y los que confiaban en la ley, se explica por las historias de Isaac e Ismael. Estas cosas son una alegoría, en la cual, además del sentido literal e histórico de las palabras, el Espíritu de Dios señala algo más. Agar y Sara eran emblemas adecuados de las dos diferentes dispensaciones del pacto. La Jerusalén celestial, la verdadera iglesia de lo alto, representada por Sara, está en estado de libertad, y es la madre de todos los creyentes, que han nacido del Espíritu Santo. Por la regeneración y la fe verdadera, fueron hechos parte de la verdadera simiente de Abraham, según la promesa que se le hizo.

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