7-11 El Señor conoce a los que son suyos, sí, y a los que serán suyos; porque es por su obra en ellos que llegan a ser suyos. No desesperemos con respecto a ningún lugar, cuando incluso en la malvada Corinto Cristo tenía mucha gente. Así animado, el apóstol continuó en Corinto, y creció una iglesia numerosa y floreciente.

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