12-14 La ira y la fuerza de los asirios se parecían a las poderosas aguas del mar; pero cuando el Dios de Israel los reprende, huirían como paja o como una cosa rodante, antes del torbellino. Por la tarde, Jerusalén estaría en problemas debido al poderoso invasor, pero antes de la mañana su ejército estaría casi cortado. Felices son aquellos que recuerdan a Dios como su salvación y confían en su poder y gracia. Los problemas de los creyentes y la prosperidad de sus enemigos serán igualmente cortos; mientras que la alegría de los primeros, y la destrucción de aquellos que los odian y malcrían, durarán para siempre.

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