No se regocija en la iniquidad - Sí, llora por el pecado o la locura incluso de un enemigo; no se complace en oírlo ni en repetirlo, pero desea que se olvide para siempre. Pero se regocija en la verdad, dando su fruto apropiado, santidad de corazón y vida. Lo bueno en general es su gloria y alegría, dondequiera que se difunda en todo el mundo.

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