Un hombre, cada creyente. Es aceptado - Con Dios. Según lo que tiene ... Y la misma regla se aplica universalmente. Quien se reconozca a sí mismo como un pecador vil y culpable y, como consecuencia de este reconocimiento, vuele en busca de refugio a las heridas de un Salvador crucificado y confíe únicamente en sus méritos para la salvación, puede en todas las circunstancias de la vida aplicar esta declaración indulgente a él mismo.

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