Y sobre él estaban los querubines de gloria, sobre los cuales solía aparecer la gloria de Dios. Algunos suponen que cada uno de estos tenía cuatro caras, y por lo tanto representaba a los Tres: Un Dios, con la hombría asumida por la Segunda Persona. Sin alas extendidas que sombrearan el propiciatorio, que era una tapa o placa de oro que cubría el arca.

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