¿No te ordenamos estrictamente que no enseñaras? - Ver la pobre astucia de los enemigos del Evangelio. Hacen leyes y prohibiciones a su antojo, que los que obedecen a Dios no pueden sino quebrantar; y luego aprovechar la ocasión para censurar y castigar al inocente, como culpable. Traerías la sangre de este hombre sobre nosotros. Una palabra ingeniosa e injusta. Los apóstoles no deseaban acusar a ningún hombre. Simplemente declararon la verdad desnuda.

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