Porque eran débiles, en el alma más que en el cuerpo. Como ovejas que no tienen pastor, y sin embargo, tuvieron muchos maestros; tenían escribas en todas las ciudades. Pero no tenían a nadie que se preocupara por sus almas, ni a nadie que pudiera, si lo hubieran querido, haber realizado alguna liberación. No tenían pastores conforme al corazón de Dios.

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