Ireneo Contra las Herejías Libro III

Por lo cual también lo expulsó del Paraíso y lo alejó del árbol de la vida, no porque le envidiara el árbol de la vida, como algunos se atreven a afirmar, sino porque se compadeció de él, [y no deseaba] que fuera continuar pecador para siempre, ni que el pecado que lo rodeaba fuera inmortal, y el mal interminable e irremediable. Pero Él puso un límite a su [estado de] pecado, al interponer la muerte, y así hacer cesar el pecado,[459]

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