Ver 6. Esta parábola les dijo Jesús: pero ellos no entendieron qué cosas eran las que les hablaba.

AGO. Nuestro Señor se alimenta de palabras sencillas, ejercita de oscuras. Porque cuando dos personas, una piadosa, la otra impía, oyen las palabras del Evangelio, y resultan ser tales que ninguna las puede entender; uno dice, Lo que dijo es verdad y bueno, pero no lo entendemos: el otro dice, No vale la pena atenderlo. El primero, en la fe, llama, sí, y si continúa llamando, se le abrirá. Estos últimos oirán las palabras de Isaías: Si no creyeres, ciertamente no serás establecido.

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