Verso 18. Hijitos míos, no amemos.

Podemos afirmar que amamos a nuestros hermanos, y se presentan muchas ocasiones apropiadas donde no se da ninguna manifestación externa: si tal cosa fuera posible, sería amar de palabra o de lengua. Tal amor no es aceptable. El amor debe demostrarse con obras; si es verdadero amor, así se manifestará; las profesiones vacías no servirán.

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