Verso 3 Bendito sea Dios.

El escritor irrumpe en esta jaculatoria de agradecimiento a Dios por la exhibición de su misericordia a los hijos de los hombres. Se llama una misericordia abundante; es decir, una misericordia sobreabundante, una gran misericordia. Es una maravillosa misericordia que Dios nos engendre de nuevo para una esperanza viva, una esperanza viva, no una esperanza muerta. Siendo engendrados de Dios, somos sus hijos, y como hijos tenemos esta esperanza viva, una esperanza gloriosa de una existencia bendita y eterna por o a través de la resurrección de Jesucristo de entre los muertos. Por la resurrección de Cristo de entre los muertos, se demuestra su divinidad, y en esto se basa nuestra esperanza.

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