(4:22) Los contrastes continúan. En Cristo, "se te enseñó" que poseías una Naturaleza Vieja asociada con Adán. Esa naturaleza interior, "tu viejo yo", está constantemente "siendo corrompida por sus engañosos deseos". Ese Viejo Yo se está entrenando a sí mismo a través de las experiencias de la carne.

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