6. Con permiso Para que, al adoptar su posición sobre un precepto del tipo que él había prescrito, no pudieran aflojar indebidamente las restricciones de la lujuria, (380) agrega una limitación, que había escrito estas cosas a causa de su debilidad, para que tengan en cuenta que el matrimonio es un remedio para la falta de castidad, por si acaso abusa excesivamente de su ventaja, para satisfacer su deseo por todos los medios; ni más, sin medida ni modestia. También lo tiene en cuenta para enfrentarse a los malvados de los impíos, para que nadie tenga el poder de objetar de esta manera: “¡Qué! ¿Tienes miedo de que los esposos y las esposas no estén por sí mismos lo suficientemente inclinados al deleite carnal como para llevarlos a ello? Incluso para los papistas, esos pequeños santos, (381) se ofenden con esta doctrina, y con gusto celebrarían un concurso con Paul, debido a que se mantuvo casado personas en convivencia mutua, y que no les permite apartarse a una vida de celibato. Asigna, entonces, una razón para su doctrina, y declara que no había recomendado el coito connubial a las personas casadas con el fin de atraerlos para que se deleitaran, o como si disfrutara de ordenarlo, pero había considerado lo que requería la debilidad de aquellos a quienes se dirige.

Los fanáticos tontos (382) para el celibato hacen un uso incorrecto de ambas cláusulas de este versículo; porque, como dice Pablo que habla con permiso, deducen de esto que, por lo tanto, hay algo mal en la relación conyugal, porque donde hay necesidad de perdón, (383) debe haber pecado. Además, de su dicho de que no habla por orden, infieren que, por lo tanto, es algo más sagrado dejar de usar el matrimonio y recurrir al celibato. A lo primero, respondo que, dado que reconozco que hay un exceso excesivo en todos los afectos humanos, no niego que haya una irregularidad en este asunto (ἀταξία,) (384) que, permito, es vicioso. (385) Más aún, este afecto, permito, está más allá de otros violentos y casi brutal. Pero, por otro lado, también sostengo que, sea lo que sea que haya de vicio o bajeza, está tan cubierto por la honradez del matrimonio, que deja de ser un vicio o, al menos, Dios no lo considera culpable. Agustín discursos elegantemente en su libro "Sobre la ventaja del matrimonio", y con frecuencia en otros lugares. Entonces puede tomarlo brevemente así: (386) el coito conyugal es algo que es puro, honorable y santo, porque es una institución pura de Dios: el El deseo inmoderado con el que arden las personas es una falla que surge de la corrupción de la naturaleza; pero en el caso de los creyentes, el matrimonio es un velo, por el cual se cubre esa falla, de modo que ya no aparece a la vista de Dios. A lo segundo respondo: como el término mandamiento se aplica adecuadamente a aquellas cosas que se relacionan con los deberes de la justicia, y las cosas en sí mismas que agradan a Dios, Pablo por este motivo dice que él no habla por mandamiento. demostrado anteriormente, que el remedio, que él había ordenado, necesariamente debe ser utilizado.

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