33. Sin embargo, deje que todos. Después de desviarse un poco de este tema, aunque la misma digresión ayudó a su diseño, adopta el método generalmente seguido en preceptos cortos, dando un breve resumen de las tareas. Los esposos deben amar a sus esposas y las esposas a temer (φοβὢται) a sus esposos, entendiendo por temor esa reverencia que los llevará a ser sumisos. Donde no exista reverencia, no habrá sujeción voluntaria. (166)

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