5. A quien sea la gloria. Con esta repentina exclamación de acción de gracias, tiene la intención de despertar poderosamente en sus lectores la contemplación de ese regalo invaluable que habían recibido de Dios, y de esta manera preparar sus mentes más plenamente para recibir instrucción. Al mismo tiempo, debe verse como una exhortación general. Todos los casos en que la misericordia de Dios ocurra para nuestro recuerdo, deben ser adoptados por nosotros como una ocasión para atribuir gloria a Dios.

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