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7. Todos estos hombres, etc. El segundo punto de la acusación de esto, es que violan la majestad del imperio de Roma. Un crimen grande y grave, pero forjado con demasiada imprudencia. Pablo y Silas buscaron erigir el reino de Cristo, que es espiritual. Los judíos sabían que esto se podía hacer sin dañar al imperio romano. Sabían que solo querían derrocar la hacienda pública o quitarle a César su autoridad. Por lo tanto, los judíos pretenden la traición, para poder oprimir a los inocentes con la envidia del crimen solo. - (258) -

Tampoco Satanás deja en este día de deslumbrar los ojos de los hombres con tales humos y nieblas. Los papistas saben muy bien, y son lo suficientemente convictos ante Dios, que eso es más que falso de lo que acusan, que derrocamos a todo gobierno civil; que las leyes y los juicios se eliminan por completo; que la autoridad de los reyes si es subvertida por nosotros; y, sin embargo, no se avergüencen hasta el final de que puedan ofender a todo el mundo con nosotros, falsamente al informar que los judíos no solo alegan que los mandamientos de César se rompieron, porque Pablo y Silas suponen alterar e innovar algo en la religión, pero porque dijeron que había otro rey. Este crimen fue forjado por completo; pero si en algún momento la religión nos obliga a resistir edictos tiránicos y mandamientos que nos prohíben honrar a Cristo y adorar a Dios; entonces podemos decir con justicia por nosotros mismos, que no somos rebeldes contra los reyes, ya que no son tan exaltados, que pueden ir como gigantes para sacar a Dios de su asiento y trono. Esa excusa de Daniel era cierta, que no había ofendido al rey, mientras que a pesar de que no había obedecido su mandamiento malvado, tampoco había herido al hombre mortal, porque había preferido a Dios antes que a él. Entonces, paguemos fielmente a los príncipes los tributos que se les deben, estemos listos para darles toda la obediencia civil; pero si, al no contentarse con su grado, van a arrancarse de nuestras manos el temor y la adoración a Dios, no hay razón para que alguien diga que los despreciamos, porque tenemos más en cuenta el poder y la majestad de Dios. -

“- Sed colorem hunc malitiose obtendráunt quaerendae invidiae causa. Non tanti erat apud Macedones religio, praesertim Judaica, ut ejus causa homines ignotos, protinus ad caedem raperent ; " pero usa maliciosamente este pretexto con el propósito de producir obloquios. No había tanta religión, especialmente judía, entre los macedonios, que por su causa apresurarían a los extraños a la ejecución. Omitido

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