19. ¿No ve que no gana nada? Con estas palabras se instan a una ira mayor; porque puede considerarse como un reproche de su pereza, como si hubieran dicho, que la razón por la cual la gente se rebeló y siguió a Cristo fue su propia indolencia y cobardía excesivas. Esta es la forma en que los hombres desesperados suelen hablar, cuando se están preparando para intentar cualquier medida extrema. Y si los enemigos de Dios perseveran tan obstinadamente en lo que es malo, deberíamos ser mucho más estables en una empresa justa.

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