“Como Dios, que prueba nuestros corazones, ha confirmado nuestra idoneidad para que se nos encomiende el evangelio”, un juego de palabras característico. La comisión definitiva del evangelio excluyó cualquier débil intento de adular los prejuicios de los hombres o de adaptarse a sus gustos. De ahí el pensamiento del siguiente verso.

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Antiguo Testamento