Oyendo Jesús que decía: Esta enfermedad no es , &c. Primero, porque esta muerte de Lázaro no será tanto muerte como sueño; porque despertará y se levantará de ella. Por lo cual (Juan 11:11) Él dice: Nuestro amigo Lázaro duerme, pero yo voy para despertarlo del sueño . En segundo lugar, como si dijera: El fin y objeto de la enfermedad de Lázaro no es la muerte, sino la gloria de Dios; porque Dios no la envió sobre él para que le quitara la vida por la muerte, sino para que le devolviese la vida en mayor medida, y así fuese para mayor gloria de Dios.

Así S. Agustín: "No es para la muerte", dice, "porque la muerte misma no es para la muerte, sino para dar ocasión a un milagro, por cuya realización los hombres pueden creer en Cristo, y evitar el verdadero muerte." En tercer lugar, no es a la muerte , es decir, a la muerte que suele ser común a los hombres, a saber, que el hombre permanezca en ella ni vuelva más a esta vida y a este mundo: porque aunque la muerte pudiera separar el alma de Lázaro de su cuerpo, pero no terminó este mundo [para él] para que no volviera a él; que es lo que hace la muerte.

Porque fue rápidamente resucitado por Cristo, y volvió a la vida más vivo y vigoroso que antes. Así S. Crisóstomo, Cirilo, Teofilacto, Eutimio y otros. De donde Nonnus rinde, no es a la muerte eterna.

Pero para la gloria de Dios. Por gloria, primero, Andreas Cretensis entiende la Cruz y muerte de Cristo; por esto determinaron los judíos envidiosos por haber resucitado a Lázaro, y esto glorificó grandemente a Cristo. En segundo lugar, Teodoro lo toma de la gloria que había de venir a Cristo a causa de la publicidad y la fama en toda Judea, y ciertamente en todo el mundo, de esta resurrección de Lázaro realizada por Él.

En tercer lugar, y con razón, toma la gloria de Dios, porque los hombres, viendo a Lázaro resucitado por Cristo, creyeron en Él como Mesías e Hijo de Dios, y por tanto glorificaron tanto a Cristo como a Dios Padre. Porque así explica Juan esta gloria en el ver. 45. Muchos de los judíos que habían venido a María, y habían visto las cosas que hacía Jesús, creyeron en él. De donde S. Agustín, "Tal glorificación no lo exaltó, sino que nos aprovechó".

versión 5. Ahora bien, Jesús amaba a Marta , etc. Por el singular amor, devoción y generosidad con que solían atender a Jesús ya sus discípulos, porque Marta tenía un cuidado hospitalario con Jesús. María, habiendo sido curada y convertida por Cristo, se dedicó enteramente a Él, y de hecho solía acompañarlo cuando iba de pueblo en pueblo predicando, y le ministraba de sus bienes (S.

Lucas 8:2-3 ). Lázaro imitó a sus hermanas. Juan inserta aquí la mención del amor de Jesús, no tanto para que atribuya esa causa a la enfermedad de Lázaro, como piensa Cirilo, como si Jesús le enviara la enfermedad a Lázaro, porque lo amaba a él y a sus hermanas, según el Apocalipsis 3:19 , "reprendo y castigo a todos los que amo"; sino para dar a entender que Jesús, después de haber recibido la noticia de la enfermedad de Lázaro, claramente tenía un propósito fijo para curarlo, pero en el tiempo y la forma adecuados.

Porque su amor lo inquietó por el bienestar de Lázaro, y por eso hizo todas las cosas que Juan narra en orden. Finalmente, Jesús amó tanto a Lázaro ya sus hermanas, que por causa de ellos resucitó a Lázaro de la muerte, aun sabiendo que la resurrección de Lázaro sería para Él la causa de la cruz y de la muerte. Por tanto, la vida de Lázaro fue la muerte de Cristo.

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