También está escrito en vuestra Ley ( Deuteronomio 27:6 , Deu 19:5 ), que el testimonio de dos hombres es verdadero : eso debe ser admitido por el juez, quien puede fundar en él una sentencia legal, aunque el testimonio puede ser de hecho ser falso. Pero un juez debe guiarse por la evidencia; y así sus sentencias pueden ser legalmente correctas, pero en realidad incorrectas.

Si, pues, el testimonio de dos hombres es verdadero, ¿cuánto más debe aceptarse como veraz, equitativa y justísima la sentencia de dos Personas divinas, el Padre y el Hijo? Cristo aplica esto a su propio caso. Porque que el Padre está con Él, y da testimonio de Él, y que Él es el Hijo del Padre, Él lo ha probado más que suficientemente, y por lo tanto lo asume. "Es", dice Agustín, "una cuestión grandiosa y muy misteriosa cuando Dios dice que en la boca de dos o tres testigos se establecerá toda palabra"; porque Susana fue acusada por dos testigos falsos, y todo el pueblo testificó falsamente contra Cristo.

Pero de esta manera la Trinidad está representada como en misterio; porque allí está la firmeza eterna de la verdad. Si quieres tener una buena causa, ten tres testigos, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo".

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