42, 43. Cuando concluyó el discurso de Pablo, se despidió a la sinagoga y el apóstol tuvo la oportunidad de enterarse de los efectos particulares que se habían producido. La gente, cándida y franca, no le dejó dudar sobre el tema. (42) " Ahora bien, cuando salían, rogaron que estas palabras se les dijeran el sábado siguiente, (43) y, siendo despedida la sinagoga, muchos de los judíos y de los prosélitos devotos siguieron a Pablo y Bernabé, quienes, hablando a ellos, los persuadió a continuar en el favor de Dios.

“Así, a pesar de que la mayoría de los judíos en la audiencia dieron tal evidencia de incredulidad como para arrancar la advertencia con la que Pablo cerró su discurso, algunos de ellos estaban listos para creer; mientras que los gentiles prosélitos, menos afectados por los prejuicios judíos, y, por lo tanto, mejor preparados para hacer justicia al orador, estaban más profundamente interesados.La imagen que Lucas da de ellos siguiendo a Pablo y Bernabé en una multitud lejos de la sinagoga, y manteniendo una conversación ferviente, es una exhibición sorprendente de los hábitos simples del pueblo, así como del interés que éste sintió por el nuevo y apasionante tema del discurso.

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