Bueno es no comer carne, ni beber vino, ni hacer nada en que tu hermano tropiece. [No destruyas a un hombre por una indulgencia insignificante, la más noble obra y semejanza de Dios. No mires solo tu acto, sino considera también sus consecuencias. Cierto es que tu débil hermano, siguiendo tu ejemplo, no se verá perjudicado por la comida misma, pero seguramente hará mal si ofende su conciencia al comer.

Por tanto, vuestra conducta propia es la abstinencia para que vuestro hermano no sea tentado. Aunque la referencia de Pablo es a la contaminación del vino de la idolatría, el principio se aplica igualmente bien al vino de la intemperancia.]

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