y ¿por qué no (como se nos calumnia, y como algunos afirman que decimos): Hagamos el mal para que venga el bien? cuya condenación es justa. [Pero algunos de ustedes judíos, objetando mi argumento, dirán: "De acuerdo con sus declaraciones, la incredulidad y desobediencia de nosotros los judíos, con referencia a la Escritura de Dios, sacó a relucir, mostró y magnificó la fidelidad y la bondad de Dios en el cumplimiento de su Sagrada Escritura.

Por lo tanto, puesto que nuestra incredulidad, etc., añadida a la gloria de Dios al recomendar su justicia, ¿no es Dios injusto para castigarnos por esa incredulidad, etc., ya que produce resultados tan loables? "Mi respuesta es: Dios guarde que el pecado se convierta en justicia, porque si el pecado deja de ser pecado, ¿cómo juzgará Dios al mundo, ya que entonces no habrá pecado que condenar o castigar? Ves, entonces, el absurdo de tu cuestión, ya que es una negación práctica del hecho divinamente establecido de que habrá un día de juicio.

El pecado, aunque puede, por su contraste, exhibir la justicia de Dios, no obstante carece por completo de mérito. Como ilustración, mi caso es análogo al tuyo. Me acusan ante el tribunal de la opinión judía, así como ustedes mismos son procesados ​​ante el tribunal de Dios; sin embargo, no me permitirías usar ante ti el mismo argumento que estás tratando de usar ante Dios. Ustedes, judíos, me consideran un pecador y me acusan de ser infiel a la religión judía y de ser un falso representante de ella, ya que declaro que se cumple en el evangelio.

Ahora bien, mi mentira (como tú la consideras), a este respecto, redunda en la gloria de Dios al ser un contraste con su veracidad. Pero, ¿me absolveríais vosotros, judíos, del pecado de herejía si hiciera uso de este vuestro argumento? Y, además, si tu razonamiento es correcto, ¿por qué no debo, como cierto, queriendo calumniarme, informar que hago, y afirmar que digo, hagamos el mal para que venga el bien? Pero los que profesan tales principios son justamente condenados.

Así Pablo mostró que, al condenarlo (aunque falsamente), ellos condenan el mismo argumento que estaban tratando de afirmar en Romanos 3:5 ]

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