Santiago 2:1-13 . En este pasaje, Santiago procede a advertir a sus lectores que no muestren respeto por las personas, especialmente en sus asambleas religiosas; porque al hacerlo violarían sus principios cristianos y se convertirían en jueces mal intencionados. Dios ha elegido a su pueblo de entre los pobres; mientras que los perseguidores de los creyentes y los blasfemos de Cristo son de entre los ricos.

La ley de Dios les exige amar a su prójimo como a sí mismos; pero al exhibir este respeto por las personas, violan esta ley. Así deben hablar y actuar como los que han de ser juzgados por la ley del Evangelio, recordando que si no tienen misericordia de los pobres, Dios no les tendrá misericordia.

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