Paráfrasis. Esto es precisamente lo que te escribí en mi carta anterior: que no debías tener ninguna conexión con hombres de vida impura. (10) No quise decir que no debías tener nada que ver con los paganos, que son codiciosos, codiciosos e idólatras, en asuntos de negocios y cosas por el estilo, porque eso es imposible. (11) Pero quise decir que si algún cristiano profesante fuera culpable de iniquidades tales como impureza o borrachera o hablar maldad o codicia, no debías tener comunión con él. (12, 13) No tengo nada que hacer, en lo que respecta al juicio, con el mundo en general. Tenemos que juzgar a los de la Iglesia; mientras que el juicio del mundo se lo dejamos a Dios. Por tanto, excomulga a ese malvado.

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