Al día siguiente El domingo; mucha gente que vino a la fiesta de diferentes partes del país, particularmente de Galilea; tomó ramas de palmeras , etc. De modo que esta multitud consistía principalmente, no en los habitantes de Jerusalén, sino en personas de otros lugares. Vea esta historia explicada en su totalidad, Mateo 21:1 ; Marco 11:1 ; Lucas 19:29 . Y Jesús, cuando encontró un asno llamado por los otros evangelistas, un pollino. Pero el griego aquí, ευρων δε ο Ιησους οναριον, puede traducirse mejor: Ahora, Jesús, habiendo encontrado un asno joven; se sentó allí, &C. Para el evangelista no significa que Jesús fue saludado por la multitud antes de que él montara, pero su significado es que Jesús estaba cabalgando cuando lo saludaron.

Como está escrito A saber, Zacarías 9:9 ; No temas, hija de Sion. Porque su mansedumbre, así como el fin de su venida, prohíbe el temor; he aquí que viene tu rey, sentado en un pollino de asno. Veremos fácilmente la conveniencia de aplicar la profecía de Zacarías a esta transacción, si recordamos que, en Oriente, montar a caballo se consideraba antiguamente como la mayor ostentación de magnificencia. Por lo tanto, se convirtió en la mansedumbre del humilde Jesús, que en su entrada más pública a la ciudad capital, eligió montar en un asno. Al mismo tiempo, no había nada mezquino o ridículo en ello, ya que los asnos eran las bestias que los orientales usaban comúnmente para montar. Estas cosas no entendieron sus discípulos, &C. En ese momento no sabían lo que su Maestro diseñó por esta entrada, o por cualquiera de las circunstancias de la misma. Probablemente lo consideraron como el primer paso de su exaltación al trono.

Pero cuando Jesús fue glorificado, entonces se acordó de ellos , etc. Después de su ascensión, recordando las profecías acerca del Mesías, recordaron cómo exactamente se habían cumplido en él, y encontraron su fe grandemente fortalecida por ello. De la misma manera, el diseño de las dispensaciones providenciales de Dios rara vez se comprende al principio. Por tanto, debemos creer, aunque no entendamos, y entregarnos a la disposición divina. La gran obra de la fe es abrazar aquellas cosas que no sabemos ahora , pero que conoceremos en el futuro.

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