Si tal no era la función de la ley - si no tuviera ningún poder de modificar la promesa - ¿cuál era su función? Fue una especie de medida de policía. Su objetivo era lidiar con las transgresiones. También fue una medida temporal, de fuerza solo hasta que fuera reemplazada por la venida del Mesías. A diferencia de la promesa, también era un contrato. Fue dado por un mediador, es decir, una persona que actúa entre dos partes. Dos partes estaban involucradas, con condiciones rígidas que las unían a ambas. Por otro lado, la promesa fue dada incondicionalmente por el solo acto de Dios.

Al afirmar la verdadera función de la Ley, el Apóstol pone de manifiesto su inferioridad a la promesa en cuatro aspectos. (1) Trataba de los pecados, no de la santidad; (2) fue temporal y transitorio; (3) fue dado, no directamente, sino indirectamente, a través de la doble mediación de los ángeles y de Moisés; (4) era condicional, y no como la promesa, incondicional. Dependía de la acción falible del hombre, y no solo de la infalible palabra de Dios.

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