Y los príncipes de Isacar. - La lectura ordinaria del hebreo da el significado: "Y mis príncipes en Isacar (descendieron a la batalla) con Débora". Si esta es la lectura correcta, Débora los llama “mis príncipes” con un toque de orgullo, y por eso algunos han asumido que ella pertenecía a la tribu de Isacar, no a la de Efraín. Pero un cambio muy leve da el significado de “los príncipes en Isacar.

Deborah no participó realmente en la batalla, como Boadicea o Juana de Arco, pero parece haber estado cerca, en la retaguardia, para alentar a los combatientes, como solían hacer las antiguas mujeres británicas y alemanas, y como árabes. las mujeres lo hacen hasta el día de hoy.

Incluso Isacar, y también Barac: fue enviado a pie al valle. - Más bien, incluso Isacar, así como Barak, se precipitaron a sus pies ( es decir, después de Barak) hacia la llanura ( emek ) " Es una lástima que el versículo no termine aquí, porque la próxima cláusula comienza la descripción de “los que simulan”, cuya cobardía o egoísmo contrasta triunfalmente con el heroico atrevimiento de Zabulón y Neftalí en Jueces 5:18 .

Por las divisiones de Rubén hubo grandes pensamientos de corazón. - La palabra para "divisiones" ( pelagoth ) podría significar "familias" o "clanes", como la LXX., O "facciones", como parece haberlo entendido la Vulgata; pero casi con certeza significa arroyos, como en Job 20:17 (margen, “arroyos que fluyen”), donde solo se repite.

La alusión es al Jaboc y sus numerosos afluentes. Los “pensamientos del corazón” solo aparecen en otras partes de Isaías 12:1 . donde se traduce "decretos", con el epíteto "vacío" o "vano". Posiblemente, por lo tanto, se pretende un contraste irónico entre las magnánimas "decisiones" ( chikekey lçbh) de Reuben y sus evanescentes "proyectos" ( chikerey lçbh).

El juego de palabras es casi con certeza desdeñoso, y puede haber cierto desprecio acechante en la palabra pelagoth para implicar "ríos" o "facciones". Reuben debatió y se quedó en casa con pretextos frívolos, como lo hizo Esparta en los días de Maratón. Pero incluso entonces el aguijón del reproche reside en la pregunta burlona del siguiente versículo.

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