Riqueza. - En este sentido metafórico, con referencia a los atributos divinos, esta palabra es peculiar y característica de San Pablo. Por lo tanto, se usa doce veces en sus Epístolas, y no además en el resto del Nuevo Testamento, incluida la Epístola a los Hebreos. Este es uno de esos casos en los que la evidencia de estilo es importante. De los doce lugares donde ocurre este uso, ocho están en las Epístolas del Encarcelamiento, tres en la Epístola a los Romanos y uno en la Segunda Epístola a los Corintios.

Las epístolas posteriores y anteriores están así vinculadas. Un uso similar no se encuentra en las Epístolas Pastorales, pero debe recordarse que los argumentos de este tipo son más importantes en el lado positivo que en el negativo. Es una inferencia de cierta fuerza que si una palabra o uso peculiar se encuentra en dos libros separados, esos libros son del mismo autor, pero la ausencia de tal palabra o uso lleva un camino muy corto hacia la conclusión negativa opuesta si otros no faltan semejanzas en puntos característicos.

Tolerancia y paciencia. - Podemos comparar con esto la revelación sinaítica dada en Éxodo 34:6 , "El Señor, el Señor Dios, misericordioso y clemente, paciente". El carácter moral y la relación con su pueblo así atribuidos a la Deidad fue un rasgo que distinguió especialmente la religión del Antiguo Testamento de la de las naciones paganas circundantes.

Podemos observar que la falacia contra la que protesta el Apóstol en estos versículos aún no se ha extinguido. Se insiste en la bondad de Dios, es decir, su disposición para promover la felicidad de sus criaturas, como si fuera incondicional, como si fuera una disposición para promover su felicidad de manera simple y sin ninguna referencia a lo que son en sí mismas. No encontramos que este sea el caso; sino que la constitución de la naturaleza, así como la revelación, nos dice que la felicidad está anexada a ciertos actos y a un cierto estado de ánimo, y que se niega a todo lo que no esté en consonancia con ellos. La bienaventuranza del cristiano está reservada para el cristiano y no se derrama promiscuamente sobre todos los hombres. De lo contrario, el libre albedrío no tendría ningún oficio y el justo no tendría recompensa.

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