Verso 10. Para los prostitutos... πορνοις. Adúlteros, fornicadores y prostitutas de todo tipo.

Los que se contaminan con la humanidad... αρσενοκοιταις. De αρσην, un varón, y κοιτη, una cama; una palabra demasiado mala para ser explicada. Un sodomita.

Ladrones de hombres... ανδραποδισταις. Los traficantes de esclavos; ya sean los que se dedican al tráfico de carne y sangre humana; o los que roban a una persona para venderla como esclavo; o los que compran a esos hombres o mujeres robados, sin importar el color o el país; o los que siembran disensiones entre las tribus bárbaras para que los apresados en la guerra sean vendidos como esclavos; o las naciones que legalizan o conspiran contra ese tráfico: todos ellos son ladrones de hombres, y Dios los clasifica con los más flagrantes de los mortales.

Para los mentirosos... ψευσταις. Los que dicen por verdad lo que saben que es falso; e incluso los que dicen la verdad de tal manera que inducen a los demás a sacar de ella un sentido contrario.

Para los perjuros... επιορκοις. De επι, contra, y ορκος, un juramento; los que hacen o dejan de hacer cualquier cosa contraria a un juramento o compromiso moral, ya sea que ese compromiso se haga por lo que se llama juramento, o por una afirmación o promesa de cualquier tipo.

Y si hay alguna otra cosa... Toda especie de vicio e inmoralidad, todo debe ser necesariamente incluido, que sea contrario a la sana doctrina, a la inmutable ley moral de Dios, así como a los puros preceptos del cristianismo donde esa ley es incorporada, explicada y hecha, si es posible, más y más obligatoria.

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