Verso 1 Timoteo 6:4 Es orgulloso... τετυφωται. Está hinchado, o inflado con una vana opinión de su propio conocimiento; mientras que su conocimiento es una tontería, pues no sabe nada.

Se preocupa por cuestiones... Está enfermo, destemplado, por estas cuestiones relativas a la ley mosaica y a las tradiciones de los ancianos; porque es muy evidente que el apóstol tiene en vista a los maestros judaizantes, que siempre, en cuestiones de teología, colaban un mosquito y tragaban un camello.

Peleas de palabras... λογομαχιας. Logomaquias; contenciones verbales; divisiones; produciendo Hillel contra Shammai, y Shammai contra Hillel, en relación con el modo particular en que deben realizarse los punctilios de algunos ritos. En esta clase de sublimes tonterías abundan las obras de los rabinos judíos.

De donde provienen las envidias, las disputas... ¡Qué poco bien han hecho las disputas religiosas a la humanidad, o a la causa de la verdad! La mayoría de los polemistas han conseguido agriar sus propios ánimos e irritar a sus oponentes. En efecto, la verdad parece ser raramente el objeto de su búsqueda; se esfuerzan por acreditar a su propio partido abusando y difamando a los demás; de lo general descienden a menudo a lo particular, y entonces el abuso personal está a la orden del día. ¿No es extraño que los cristianos no puedan o no quieran ver esto? ¿No puede un hombre sostener sus propias opiniones, y dar sus propios puntos de vista sobre la religión de Cristo, sin abusar y calumniar a su vecino? No sé si tales polemistas no deberían ser considerados como perturbadores de la paz pública, y estar bajo la atención del magistrado civil. ¿No deberían saber todos los cristianos que la ira del hombre no obra la justicia del Señor?

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