Verso 2 Corintios 12:9Mi gracia te basta... No se te permitirá hundirte bajo estas aflicciones. Tus enemigos no podrán prevalecer contra ti.

Mi fuerza se perfecciona en la debilidad... Cuanto más, y más violentamente, seas afligido y probado, siendo sostenido por mi poder, y prosperado en todos tus trabajos, más eminentemente será visto y reconocido mi poder. Pues cuanto más débil sea el instrumento que utilice, más se manifestará el poder de mi gracia. Ver al final de este capítulo. " 2 Corintios 12:21 "

Preferiré gloriarme en mis debilidades... Por lo tanto, sus debilidades no significan sus corrupciones, o pecados, o pecaminosidad de cualquier tipo; porque sería blasfemo que alguien dijera: Preferiré gloriarme de que Dios deje mis corrupciones en mí, a que las quite.

Para que el poder de Cristo repose sobre mí... επισκηνωση επ εμε. Para que me cubra como una tienda o tabernáculo; proporcionándome refugio, protección, seguridad y descanso. Esta expresión es como la de ,Juan 1:14 :  Y la palabra se hizo carne, και εσκηνωσεν εν ημιν e hizo su tabernáculo entre nosotros: lleno de gracia y de verdad. El mismo Verbo eterno prometió hacer su tabernáculo con el apóstol, y le da una prueba de que seguía siendo el mismo-lleno de gracia y verdad, al asegurarle que su gracia le sería suficiente. Pablo, sabiendo que la promesa de la gracia no podía fallar, a causa de la verdad divina, dice De buena gana, pues, me gloriaré más bien en mis aflicciones, para que tal poder de Cristo me cubra y defienda. Las palabras son también similares a las del profeta Isaías  Isaías 4:5 :Sobre todo la gloria será una defensa. Dios da la gloria, y Dios da la defensa de esa gloria. El apóstol tenía mucha gloria u honor; tanto Satanás como sus apóstoles eran muy envidiosos; en sí mismo el apóstol, así como todos los seres humanos, era débil, y por lo tanto necesitaba el poder de Dios para defender tal gloria. Sólo la gracia puede conservar la gracia. Cuando obtenemos una bendición particular, necesitamos otra para conservarla; y sin ella pronto nos veremos despojados de nuestra fuerza, y nos volveremos como los demás hombres. De ahí la necesidad de velar y orar continuamente, y de depender de la gracia omnímoda de Cristo. Ver nota en 2 Corintios 11:30 .

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