Pero me dijo: en respuesta a mi tercera solicitud. Bástate mi gracia; ¡qué tierno rechazo! Vemos que puede haber gracia donde hay una sensación de dolor más rápida. Mi fuerza se muestra más ilustre por la debilidad del instrumento. Por tanto, me gloriaré más en mis debilidades que en mis revelaciones, para que la fuerza de Cristo descanse sobre mí. La palabra griega propiamente dicha significa, que me cubra por completo como una tienda. Debemos aceptar de buena gana todo lo que tienda a este fin, por contrario a la carne y la sangre.

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