Versículo 14. Porque el amor de Cristo nos constriñe... Tenemos el amor de Dios derramado en nuestros corazones, y esto nos hace amar a Dios intensamente, y amar y trabajar por la salvación de los hombres. Y es el efecto producido por este amor que συνεχειημας, nos lleva consigo, lo que nos hace amar según la similitud de ese amor por el que estamos influenciados; y como Dios amó tanto al mundo como para dar a su Hijo por él, y aa Cristo amó tanto al mundo como para derramar su vida por él, así nosotros, influenciados por el mismo amor, deseamos gastar y ser gastados por la gloria de Dios, y la salvación de las almas inmortales. Por el temor de Dios los apóstoles se esforzaron en persuadir y convencer a los hombres, y el amor de Cristo les obligó a actuar así.

Si uno murió por todos, entonces todos murieron... La primera posición que el apóstol da por sentada; es decir, que Jesucristo murió por TODA la humanidad. Esto es algo que ningún hombre apostólico o cristiano primitivo dudó o pudo dudar jamás.

La segunda posición la infiere de la primera, y con razón; porque si todos no hubieran sido culpables y consignados a la muerte eterna a causa de sus pecados, no habría habido necesidad de su muerte. Por lo tanto, como ciertamente murió por TODOS, entonces todos estaban muertos, y necesitaban su sacrificio, y el poder vivificador de su Espíritu.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad