Versículo 13. 14. Dios os ha elegido desde el principio para la salvación... En vuestro llamamiento, Dios ha mostrado el propósito que había formado desde el principio, de llamar a los gentiles a los mismos privilegios que los judíos, no por medio de la circuncisión y la observancia de la ley mosaica, sino por la fe en Cristo Jesús, pero este sencillo camino de salvación se refería al mismo fin: la santidad, sin la cual ningún hombre, ni judío ni gentil, puede ver al Señor.

Observemos el orden de la gracia divina en este asunto:

1. Debían oír la verdad, las doctrinas del Evangelio.

2. Debían creer esta verdad cuando la oyeran predicar.

3. Debían recibir el Espíritu de Dios al creer la verdad.

4. Ese Espíritu debía santificar sus almas: producir una santidad interna, que debía conducir a toda conformidad externa con Dios.

5. Todo esto constituía su salvación-ser aptos para la herencia entre los santos en luz.

6. Debían obtener la gloria de nuestro Señor Jesucristo, es decir, ese estado de felicidad para el que estaban preparados, al ser salvados aquí de sus pecados y al ser santificados por el Espíritu de Dios.

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