Verso 10. Si alguno no quiere trabajar, que tampoco coma... Esta es una máxima justa, y la naturaleza universal la inculca al hombre. Si el hombre quiere trabajar, puede comer; si no trabaja, no puede ni debe comer. La máxima se basa en estas palabras del Señor: Con el sudor de tu frente comerás el pan. La laboriosidad está coronada por la bendición de Dios; la ociosidad está cargada de su maldición. Esta máxima era un proverbio entre los judíos. Los hombres que pueden trabajar, y prefieren mantenerse mendigando, no deben recibir ni un bocado de pan. Es un pecado atender a necesidades que son meramente artificiales.

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